UN SUEÑO RECURRENTE

Desde hace varios años he tenido dos sueños recurrentes, la de la ola gigante (creo que lo platiqué en mi blog anterior) y el del avión.

El sueño del avión tiene tres vertientes: o estoy dentro del avión y comienza a avanzar para despegar y no lo hace (generalmente en una avenida) o estoy en tierra y volteo al cielo y veo un avión estrellarse o explotar en el aire. La tercera versión es que estoy en un aeropuerto y llego corriendo y pierdo el vuelo. No sé las razones de esos sueños pero ahí están y ahí seguirán seguramente.

La otra noche soñé que estaba en la cabina de un avión y la chingadera esa comenzaba a irse en picada y veía una isla desierta a la cual nos ibamos a estrellar pero antes de que eso sucediera, el sueño cambió y no vi lo que pasó.

No sé si esos sueños tengan relación con mi pavor a volar. Como la vez que iba rumbo a Chicago y había un mar de nubes hasta el horizonte, y de repente comenzamos a descender y nos metimos a las nubes y por 3 minutos no se veía nada de nada por la ventanilla "Sólo falta que el pinche avión, con esta visibilidad, se estrelle contra un rascacielos" fue lo que pensé en noviembre del 2000.

O la vez que volando de Santiago a Buenos Aires sobre los Andes, con una PUTA, PUTISIMA turbulencia de dos horas, no pude sacarme las imagenes de la pelicula "Alive" cuando el avión choca contra las montañas y se desmadra y los sobrevivientes tienen que comer carne humana...

O la vez que, en ese mismo viaje pero de regreso, cuando el avión apenas despegaba del aeropuerto de Buenos Aires y estaba apunto de soltar una lágrima de emoción-tristeza-nostalgia, un PUTO tronido en el avión me sacó de pedo y ya no pude sacar ninguna lágrima de emoción-tristeza-nostalgia y todo el vuelo estuve nervioso.

Chingadamadre. Y la próxima semana tendré que usar un avión.