miércoles, julio 15, 2009

AMIGUITO! HAZ CASO CUANDO TE DIGAN QUE USES ESPINILLERAS PARA JUGAR FUTBOL...!

... porque si no las usas, corres el riesgo de que tu pierna quede así:



RECOMENDACIÓN CINEMATOGRAFÍCA: El Baño de Yang Zhang, China, 1999.

jueves, julio 09, 2009

CARTA A LA FEMEXFUT

Emilio Azcárraga Jean

Ricardo Salinas Pliego

Justino Compeán

Decio de María Serrano

PRESENTES



Soy un simple aficionado al fútbol como otros tantos millones de personas que habitan México. Mi pasión por este deporte comenzó en el mundial de 1986, siendo yo un niño, cuando mi padre me llevó al Estadio Azteca a presenciar el partido entre la Selección Mexicana y Bélgica. Recuerdo perfectamente ese día, el estadio se encontraba a su máxima capacidad, miles de personas gritando y cantando, felices gracias a un único sentimiento generado por veintidós personas y un balón. Nunca había vivido ni sentido algo parecido hasta ese momento. A partir de ahí decidí que el futbol sería mi vida.



Me hice seguidor del América en aquella época. ¡Qué gran equipo! Los jugadores amaban su camiseta, se morían en la cancha. En aquel tiempo lo más importante era la Institución sobre cualquier otra cosa. Cómo olvidar mi primera gran tristeza cuando el América perdió la final de la temporada 90-91 en Ciudad Universitaria, pero ese día aprendí que nadie es invencible y que las revanchas existen.



Llegó el año 1993, uno antes del Mundial de Estados Unidos y fue cuando volví a sentir esa magia gracias a la eliminatoria mundialista, la Copa América y la Copa de Oro. Grandes celebraciones en la calles, la gente feliz, festejando y eufórica por el mismo sentimiento. Un año después, otra gran tristeza al ser eliminados de manera trágica contra Bulgaria.



Sin embargo, el futbol seguía siendo hermoso y mágico hasta que sin que la afición se diera cuenta, los equipos comenzaron a prostituir sus camisetas llenándolas de publicidad, los jugadores perdieron el amor a su equipo y se convirtieron en mercenarios, el torneo mexicano se partió en dos y lo que era el evento del año, se abarató y se decidió que hubiera dos liguillas; llegó la televisión de paga y nos quitaron la mitad del mundial. Las pantallas de televisión se llenaron de publicidad y situaciones sin sentido. Las coberturas televisivas de los mundiales se transforman en circos. Llegó el Interliga y la Superliga que son torneos que no dejan nada en lo deportivo pero mucho en los bolsillos de ustedes. El futbol dejó de ser hermoso y se convirtió en un producto frío y de plástico.



Qué vergüenza ser una liga a la que muchos extranjeros quieren llegar únicamente para cobrar mucho dinero sin jugar a nada. Qué vergüenza ser la única Selección en la que ciudades y estadios Estadounidenses sean la casa del equipo nacional. Qué vergüenza tener una liga movida por promotores y que ellos decidan los destinos de jugadores y equipos. Qué vergüenza saber que con pocos años, nuestros acérrimos rivales, nos hayan superado con tanta facilidad. Todo esto es culpa de ustedes.



Hoy en día, ya me da igual lo que pase con el América y la Selección Nacional. Ya no me importan. Aquel sentimiento que tuve de niño ha sido enterrado y los únicos culpables son ustedes que se apropiaron de algo que era de la gente y lo manejaron a su gusto personal. El futbol dejó de ser hermoso por culpa de su interés personal, egoísmo y ambición. Ustedes son los que mataron mi gusto por el futbol, y estoy seguro que no soy el único en este país que siente lo mismo.



Quédense con su futbol ya que por mi parte apagaré la televisión y me enfocaré en cuestiones más importantes que andar tirando el dinero en ustedes.

RECOMENDACIÓN CINEMATOGRAFÍCA: High Fidelity de Stephan Frears, U.K., E.U., 2000.